Venecia la bella

Existen muchas razones por las que viajar a Venecia; es una ciudad única en el mundo, es completamente diferente a cualquiera que hayas visitado y es un lugar con un espíritu único que hace que cualquiera se enamore de ella.

Lo primero que sientes al llegar a Venecia, es la magia de ese lugar, parece como si te hubieras transportado a una época pasada, donde los románticos invadían sus calles.

Es verdad que Venecia es una de las ciudades más visitadas del mundo, pero con buena organización y tranquilidad, puedes ver la ciudad perfectamente.

La Piazza de San Marcos y sus alrededores, es una de las zonas más increíbles de la ciudad, con su Basílica, la Torre del Reloj y el palacio Ducal, pero te recomiendo que la visita la hagas pronto, porque a partir del mediodía, la plaza se llena de gente haciendo fotos, tomando un helado en sus terrazas y paseando.

Otro consejo que te doy es que visites zonas distintas a las del recorrido habitual, en cuanto empiezas a callejear, sales de la multitud y te puedes encontrar solo, disfrutando de unos edificios y unos canales maravillosos.

En Venecia te encontrarás con infinidad de restaurantes y bares, donde comer o picar algo, pero también tienes muchos puestos con comida preparada, bastante baratita, que te permiten ir comiendo mientras sigues tu visita y así no perder ni un momento.

Llegar hasta Venecia es fácil, tienes varias opciones si vas con tu propio vehículo. Una de ellas, es un parking inmenso a la entrada de la ciudad, pero que es bastante caro. Y otra opción, es ir en transporte público, en nuestro caso, dejamos el vehículo en el Camping Rialto (Mestre), donde a la puerta del camping tienes la parada del bus que te lleva hasta Venecia en tan solo diez minutos.

Lo dicho, es posible visitar Venecia sin agobios y con bastante facilidad, pero hay que saber organizarse. A nosotros no nos gustan las aglomeraciones, pero hay lugares por los que merece la pena "sufrir" por visitarlos.